sábado, 9 de marzo de 2019

8 Marzo - Día de la mujer

Me chirría y no me resisto a comentarlo. Hoy no dejan de llegarme vídeos de hombres que pasan la aspiradora como si fuera una escoba, o que no saben como ponerse un delantal, vídeos donde se les ridiculiza para evidenciar que son tareas que habitualmente hacen las mujeres y ellos no suelen hacer. 

También me llegan imágenes de mujeres con capa que todo lo pueden. 

Si celebrar el día de la mujer consiste en ridiculizar a los hombres y exaltar la mujer como si fuera lo mejor, yo no me sumo. 

El día de la mujer debería ser para sentirnos orgullosas de ser mujeres, con nuestros méritos y nuestras debilidades, sin estar por encima de nadie y tampoco por debajo. No somos perfectas, al menos yo no lo soy, no somos heroínas y los hombres tampoco, al menos la mayoría. 


Doy gracias por ser mujer, a mi modo de ver, no somos iguales ni físicamente ni mentalmente, pero eso no nos hace ser ni mejores ni peores sino distintos y eso es bonito.


Yo no celebro la igualdad, ni la busco, sino la misma dignidad, el mismo respeto y el mismo valor y es por eso que yo no me sumo a celebrar este día enviando vídeos o imágenes que exaltan a las mujeres y degradan a los hombres, no se puede pedir respeto sin respetar primero.


jueves, 7 de marzo de 2019

Abriendo cajones

Desde la ultima vez que me senté ante este teclado lleno de letras y esta pantalla vacía han pasado muchas cosas.
Hemos cambiado de ciudad un par de veces, de Madrid fuimos a Huelva y de allí a Ferrol y ahora vuelta a casa, a Madrid. Ahora mis hijas mayores comienzan a picotear pequeños trabajos y comienzan también a soñar con tener su vida resuelta. Los pequeños, que ya no lo son tanto, me siguen haciendo gracia con sus ocurrencias y crecen a velocidad de vértigo.
En estos años hemos pasado por muchas experiencias que enriquecen, hemos conocido mucha gente buena y ahora volvemos otra vez a nuestra casa, donde nos esperaban nuestras cosas, nuestros muebles, recuerdos, polvo, un par de goteras, un jardín empobrecido por la falta de cuidados y cajones llenos de papeles por revisar.
Todo esto da para mucha escritura, es como si muchas ideas dentro de mi cabeza se agolparan en la frente y pelearan por salir a la luz a través de este viejo teclado. Visualizar esta idea me hace gracia, me parece divertida y no me resisto a imaginar como conseguiré poner un poco de orden para poder plasmar todo lo que no quiero olvidar.

lunes, 2 de marzo de 2015

Abrazos



Mamá, ¿para qué sirven los ojos? – Para ver las flores, y los pájaros, las montañas y a niñas tan guapas como tú.

¿Para qué sirven los oídos? – Para oír la música, el viento, la lluvia… Para oírte a ti cuando cuentas los números en inglés y cuando cantas canciones.

¿Y la nariz? Para oler la comida rica de mamá y las flores cuando se abren y para olerte después del baño, que hueles a colonia y a jabón.

¿Y los brazos? – Los brazos… (Pensé primero un momento antes de contestar) Los brazos sirven para coger cosas y escribir…  No mamá, interrumpió Irene con esa mirada tierna y amorosa, con esa cara de lista y con esa sonrisa que terminó siendo eterna e imborrable. Mamá, para todas esas cosas están las manos.    Los brazos, sirven para abrazar. 

Y de abrazos va hoy el blog. 

De querer y de abrazar, de ayudar y de amar. Si es que al final no lo puedo resistir, los dedos corren más cuando cuento historias pasadas y esta es una de ellas, porque Irene no es mi hija, Irene es la hija de Puri, de mi amiga Puri, que sigue llorando con resignación su ausencia. Porque Irene se fue, se fue físicamente pero dejo su sustancia, su amor, su alegría.

Y todos los días desde enero, la tengo presente y oigo hablar de ella. Su madre me cuenta recuerdos y reímos juntas y lloramos juntas y Puri, sin darse cuenta comparte conmigo su ausencia y a mí me encanta escucharla porque su historia está llena de amor. 

Si yo tuviera un poco mas de memoria… como os haría disfrutar contándoos estas anécdotas que hacen revivir a Irene. Pero, el Señor, en lugar de memoria me concedió otro tipo de dones, variaditos y escasitos pero yo se los agradezco todos. Pero si yo pudiera escribir aquí las historias tan bonitas que me cuenta Puri de su hija Irene…

Pero de abrazos va hoy el blog.

Y es que hoy tengo a una amiga triste, y lo más que se me ocurre es acordarme de Irene y mandarle uno de sus abrazos, de los que rodean con la fuerza del cariño y de los que transmiten consuelo y ánimo. No puedo decirle mucho, no puedo entender un dolor que nunca he pasado por lo tanto no se cuanto duele, pero si puedo mandarle un abrazo y un consuelo y pedirle a Irene que la mime y que  la anime y sé que Irene lo hará.

Emma, ¿Para qué sirve el corazón, si está roto de dolor? - El corazón sirve para perdonar y para seguir ayudando y para olvidar el dolor y para actuar, buscando no lo que a ti te complace, sino lo que le complace al otro. Y aunque no entendamos actuaciones y reproches, el corazón con su paciencia infinita y su persistencia en su actuar sirve para recordarnos que quien más da y quien más ama es al final quien mas feliz será. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Momentos



Hace unos días, mi amiga Cristina vino a casa a tomar café, pasamos un buen rato hablando de nuestras cosas, me gusto su visita, no nos quejamos de hombres, ni de niños, ni de la vida… solo hablamos de nosotras. Fue media horita o puede ser que algo más o quizá mucho más, pero a mí se me hizo corto.  

Cuantas veces nos sentamos con amigas y buscamos su compañía solamente por el placer de estar acompañadas, de compartir momentos y silencios…

No os asustéis, yo no sé filosofar.

Pero de eso va este blog, del silencio, de la virtud de escuchar, de esas personas que sin compartir nuestras ideas evitan el juzgarnos y nos ayudan simplemente por el hecho de escucharnos, por su compañía, por su compresión no hacia nuestras ideas sino hacia nuestra situación. 

Son personas discretas que prefieren no destacar, pasan desapercibidas haciendo mucho más bien del que se pueden imaginar. 

Ayer, mi Pepe y yo salimos a pasear, hacia una noche estupenda, habíamos pasado el día con los niños y entre ordenar habitación, entre parque, entre cuentos, entre comidas y cenas, se nos había pasado el día. Nos  faltaba después de todo “un poquito de nosotros”.

El cielo estaba estrellado y las calles medio vacías. Hablamos de muchas cosas pero también paseamos en silencio, sintiendo gusto por estar juntos, disfrutando de la noche, de la tranquilidad y de nuestro pequeño tiempo de intimidad. Reconozco que yo no quería regresar.

Después de tantos años juntos, compartimos silencios y guardamos pensamientos, no nos juzgamos y… más o menos… nos comprendemos.

Son estos momentos, son estas amigas, son estas personas, que comparten su tiempo sin juzgar, silencios que no incomodan, sonrisas que te ayudan a olvidar, las que consiguen sin darse cuenta, sin proponérselo pero con gran eficacia que no solo no perdamos el gusto por la vida, sino que deseemos con todas nuestras ganas el seguir compartiendo, riendo, soñando…. Viviendo.

lunes, 16 de febrero de 2015

Me importas tu



A punto de cumplir 44 y después de un año entero sin escribir, me siento ante esta pantalla, teclado y ratón y espero a que me llegue algo de inspiración.

Han pasado muchas cosas, todas buenas, en este año de barbecho escritor. Mis hijos crecen y yo engordo, comienzan a salirme canas y las prioridades en mi vida empiezan a ser otras.
Ya no me importa no ser la mujer diez que fui con veinte años, tampoco el no estar a la última, incluso me da igual si no llego a fin de mes y si mis mechas no están perfectamente dadas, no me importa tener la casa hecha un desastre y tampoco el desorden de mi armario.

Me importan otras cosas.

En primer lugar me importa que mis hijos sean felices, que se sientan queridos y que estén contentos con lo que son. 

Me importa mi matrimonio, mi marido al que quiero tanto y que en este momento no cambiaría por nada.

Me importa que mis padres, a los que adoro, sigan estando, que se sientan bien, que sigan dándome su opinión y diciéndome que es lo que ellos harían en mi lugar. Al final los padres siempre quieren lo mejor para los hijos. 

Me importan mis hermanas, a las que quiero a pesar de mis cuñados…. y también gracias a ellos.
Me importan mis amigos, sus problemas, sus alegrías, sus avances. 

Me importa el negrito que pide en Mercadona, si ese, el que tiene el periódico en la mano y que con una sonrisa que le recorre la cara, te da los buenos días esperando que te acuerdes de darle algo a la salida. 

Me importa ese señor que se cruza conmigo por la calle y va pensando en sus cosas, con sus problemas con su historia.

En definitiva, me importan las personas. 

A punto de cumplir 44, tengo la sensación de que un tsunami ha pasado por mi vida y ha revuelto todo. Pero a diferencia de los tsunamis que ocurren en la tierra, este tsunami interior lo que ha hecho es ordenar lo desordenado. Poner cada cosa en su sitio. 

Os deseo todo lo mejor para este nuevo año que comienza. Ojalá que este tsunami que ha revuelto mi vida, revuelva también la vuestra.
FELIZ 2012